Estoy recordando
Simples memorias nocturnas
Estoy recordando la alegría que sentía al caminar con mamá sin prisa,
las tardes frescas,
las tazas de chocolate y sánduches calientes hechos en la sartén.
Estoy recordando cuán divertido era inventar juegos,
disfrutar de crear mil y un formas de pasarla bien con mi hermano.
Estoy recordando la curiosidad al abrir la enciclopedia de “El mundo de los niños”,
leer cuentos y fábulas, hacer manualidades, conocer sobre animales y hasta de enfermedades.
Estoy recordando cómo me encantaba colorear, decorar cajas de cartón, bañar a Pepito (mi muñeco bebé), peinar a mi única barbie y tocar el timbre de esa hermosa casa de Fisher price.
Estoy recordando mover de sitio la cama de mi cuarto, cambiar de lugar mis juguetes para sentir que estaba en un nuevo ambiente.
Estoy recordando la música del ayer, una mezcla de canciones infantiles y las baladas románticas de mi mamá.
Estoy recordando esos momentos en los que me sentaba en el patio a hacer multiplicaciones por el simple placer de pasar el rato con los números.
Estoy recordando la sencillez de esos instantes de recoger flores en el parque para dárselas a mamá como un detalle de amor.
Estoy recordando cuando curioseaba en la cocina y por andar de traviesa casi me ahogo con una arverjita que se fue hasta el fondo de mi nariz.
Estoy recordando lo divertido que era tomar las revistas Ideas de mamá, recortar esas muñequitas y colocarles la ropita de papel que venían en algunos ejemplares.
Estoy recordando el deleite que me daba revisar cajones, las repisas con libros y todos esos extraños artefactos que guardaban historias, varias de ellas aún desconocidas para mí.
Estoy recordando aquel libro viejo y gordo lleno de poemas. Solo me gustaban los cortos, esos que fácilmente podía memorizar. (volverán las oscuras golondrinas…)
Estoy recordando las combinaciones que hacía con la ropa, el juego con las medias fosforescentes de distinto color en cada pie, los peinados elevados, por el puro objetivo de experimentar.
Estoy recordando lo rico de saborear esa mitad de chocolate Crunch de Nestlé, a pedacitos pequeños, mientras miraba cómo mi hermano comía extasiado la otra mitad. Ni modo, había que compartir…
Estoy recordando la curiosidad que me daba recorrer las habitaciones de la casa de mis abuelas, observar esas cómodas y estanterías llenas de adornos curiosos, perfumes antiguos, juguetes envueltos, ambientes oscuros y misteriosos.
Estoy recordando lo delicioso que se sentía experimentar la vida sin temor, con libertad y confianza.
Estoy recordando el gozo de vivir, la ilusión del juego y esa sensación de que la vida era mágica, un campo abierto para explorar, conocer y atesorar todas las experiencias posibles.
Dicen que recordar es volver a vivir.
Yo no quiero solamente recordar.
Yo quiero volver a vivir.
A sentir.
A saborear.
A experimentar.
A gozar de la dicha de ser un espíritu libre y creativo.
Y conquistar miles de nuevos universos sosteniendo esta bandera,
aquella que me recuerda lo bello de ser yo.
Volveré…


