Lima, 10 de mayo del 2025
Revisando la fecha de mi último post, me he dado cuenta de que no he escrito hace tres semanas. Estuve de viaje y habité mi tiempo de desconexión, es más, ni toqué la computadora, dedicándome a disfrutar de lo que tenía entre manos en ese momento.
Regresé hace cuatro días y literalmente, he estado jugueteando con Substack al puro estilo del Chapulín Colorado y su célebre:
Qué difícil que se me ha hecho sentarme a teclear la primera palabra (por Diossssss) enredándome y paralizándome con la idea de tener tanto que contar y no saber por dónde empezar.
Sin embargo, hoy me dije: Ale, la única manera de empezar es empezando 🤣 y eso ocurre al escribir una letra…una simple letra.
En fin, aquí estoy ladies and gentlemen, una vez más.
¡Hola!
Hay una anécdota que quisiera compartir contigo hoy. Me ocurrió hace unos días, en un par de momentos de diálogo mientras estuve en Guayaquil, mi ciudad natal.
Salimos del cine y le pregunté a mi hermano lo siguiente:
Cuándo van al cine, ¿siguen viendo películas de superhéroes?
El me contestó que ya no, que ya no les gustaba ese género y que se estaban inclinando por otro tipo de películas.
A la semana de esta conversación, fuimos a cuidar a mi sobrino para que él y su esposa vayan al cine. Cuando retornaron a casa, les preguntamos:
¿Qué película fueron a ver?
A lo que respondieron: Thunderbolts (de Marvel) 😳😲🤨🤔🙄🤐😒
Ante esto yo le pregunté:
¿Y no que ya no les gustaba las de superhéroes?
Y mi novio interrumpió inmediatamente diciendo:
Pero cuál es el problema, si todos tenemos nuestras incoherencias.
*La incoherencia, según el diccionario es la falta de conexión, relación o unión de una cosa con otra.
No era la primera vez que me lo decía. Me hizo reflexionar en el desafío que, desde mi punto de vista implica aceptar la presencia de la incoherencia en mi vida.
Es validar que podemos cambiar de opinión las veces que queramos.
Es reconocer que lo que decíamos que nos gustaba ayer puede ser que hoy no nos guste o viceversa.
Es convivir con la idea de que la vida es movimiento, y al movernos contemplaremos y probablemente adoptaremos perspectivas diferentes.
Es abrazar la flexibilidad de la vida.
Es mirar a los ojos a esa parte de mí que aún sigue apegándose a la rigidez, al control, al orden estático y a una sola forma de ver las cosas.
Es asimilar que en la medida de nuestra evolución, actualización de preferencias o las razones que fuera, nuestras elecciones irán cambiando.
La vida no es lineal. No es un plan invariable. No es una ficha inamovible.
Y gracias a Dios que sea así.
Aceptar la incoherencia es, en resumidas cuentas abrir un poquito más la mente y tomar con humor y ligereza el movimiento y el cambio.
Si eres estructurado como yo, sabes que probablemente a nosotros nos cuesta más que a otros, pero…
Aceptarnos queridos, esa es la ruta amorosa.
Abracemos la incoherencia y vivamos con más ligereza 🍃
¿Te resuena este tema?
¿Cuál es tu punto de vista al respecto?
Me cuentas. Seré todo ojos 👀
Mensaje a mí misma: Ya ves Ale, pudiste volver a empezar :)
Un abrazoooo,
Ale
A mí me cuesta mucho aceptarlas tanto en mí como en los demás pero he de reconocer que muchas me han abierto a descubrir caminos totalmente nuevos, a dejar por un rato de planear organizar calendarizar y abrirme a la espontaneidad... Al vértigo, a la velocidad y sobretodo a la curiosidad!!! El resto del tiempo vuelvo a mí agenda ☺️🪶